El misterio fue descubierto por el señor José Labelle en el mismo año de 1930. Era una época de invierno, y como usted sabe en estas zonas es muy cruel, ya que las temperaturas descienden
demasiado, y casi todo el día es obscuridad, pues bien, José caminaba con su trineo sobre la nieve, se sintió un poco cansado y decidió ir al poblado que está cerca del Lago angikuni, cuando ya
estaba cerca empezó a sentir un temor raro, una sensación de pavor y deseos de huir, sin embargo, cuando ya estaba entrando al pueblo le pareció raro que ningún perro ladraba, algo había anormal,
llegó y no encontró persona alguna en las calles, estaba desolado, las chimeneas que siempre estaban encendidas ahora no emitían humo alguno.
Esa soledad lo llenó de miedo y angustia, por lo que empezó a gritar, a ver si alguien le contestaba; pero fue en vano, se introdujo en varias casas y negocios pero estaban vacíos, sin embargo le
extrañó que los rifles estaban adentro, al igual que las bolsas donde transportaban comida y sus materiales de viaje, pues ningún poblador saldría sin ellos, siguió buscando y no encontró señal
de persona alguna, fue a la orilla del lago y ahí estaban sus kayaks y lanchas amarrados, al parecer no habían salido del pueblo, pero ¿qué había sido de la gente?, hombres, mujeres y niños junto
con sus perros habían desaparecido, por último caminó rumbo a otros lugares frecuentados por las personas que conocía, ya que había estado en varias ocasiones en el poblado. Incluso tenía algunos
amigos, pero no encontró a nadie, y seguía sintiendo un temor lleno de escalofrío.
Por último, decidió ir a buscar a un lugar que le originaría la mayor sorpresa de su vida y el mayor pavor que jamás se imaginó.
Cruzó una vereda en medio del solitario bosque para llegar al panteón del pueblo, y al llegar, miró atónito un hecho incomprensible: todas las tumbas estaban abiertas de par en par. Se acercó
hasta las mismas y mayor fue su sorpresa cuando vio que no estaban los muertos, alguien se los había llevado.
¿A dónde? nunca nadie supo. Tan pronto como pudo regresó al pueblo y usando el telégrafo envió un mensaje a la Real Policía Montada de Canadá avisando de lo que veía, enviaron a varios grupos de
policías a investigar y debido a las condiciones climáticas tardaron varios días en llegar, cuando hicieron su aparición en el desolado pueblo, comprobaron lo mismo que vio José, empezó la
búsqueda en los alrededores, pero lo único que encontraron fueron algunos perros congelados.
Estos grupos buscaron razón alguno en los poblados más cercanos, pero nadie sabía qué había pasado, se hizo una investigación a nivel federal, pero fue infructuosa. Hoy en día continúa como un
enigma más de este mundo, el cual se une a una serie de casos por demás incomprensibles, pero que estamos expuestos a volver a sufrirlos.
Varias teorías han nacido, pero ninguna tiene fundamento ni lógica, hay quienes piensan que fue un ataque de ira, de coraje del demonio que quería almas, por lo que se llevó a vivos y muertos,
razón de que no se vio huella alguna de que hayan salido a pie o en algún transporte especial ya que no es lógico.
Otra de las teorías cuestiona sobre si sería un OVNI quien se los llevó por los aires, sin embargo, eran casi dos mil seres desaparecidos, ¿sería posible?. En una ocasión fui a investigar un
fenómeno en Puebla y varios lugareños me comentaron cómo vieron en una noche a una extraña luz suspendida sobre un panteón, y en especial sobre una tumba, ¿tendría algo de relación con el caso de
Canadá?. Incluso los perros habían muerto de inanición atados a sus postes, lo que indicaba que se había producio una rápida estampida, pero ¿por qué?