EL SANTO GRIAL DE SIRIO

Una historia secreta fluye en la sombra, lo que vemos generalmente son sólo las ondas que reflejan en la superficie acontecimientos de una profundidad invisible, como un monstruo gestándose en el fondo del lago o quizás una ninfa cuya refulgente desnudez es intolerable para los ojos ordinarios de los habitantes de este planeta.

Una de la más cautivadoras historias de la humanidad es la del santo grial; otra de las más intrigantes, a mi juicio, es la del ojo omnividente en la pirámide, o el tercer ojo de la iluminación. Estas historias se conectan en la figura del pintor y místico ruso Nicholas Roerich, acaso, como en la cita de Anton Wilson de una forma espectral.

En mi post anterior narramos parte de la historia de cómo llegó el ojo en la pirámide al gran sello de los Estados Unidos por influencia de una sociedad secreta, y el significado de este símbolo maestro, que sintetiza una parte importante del conocimiento esotérico de la humanidad.

Ahora contaremos la historia de cómo llegó este poderoso símbolo casi 150 años depués al reverso del billete de un dólar, el pedazo de papel más emblemático de nuestro días, por la magnética influencia de un místico ruso en la política estadounidense.

Nicolas Roerich llegó a Estados Unidos en 1920. Roerich había sido alumno de Swami Vivekananda y seguidor de la teosofía de Helena Blavatsky, que integró el misticisimo oriental a la mente occidental. Su esposa, también llamada Helena, decía canalizar al maestro ascendido de la llama azul, Morya, el cual había sido guía de Blavatsky. Prólifico pintor de más de 7 mil cuadros, Roerich fue escenógrafo de “La Consagración de la Primavera” de su compatriota Stravinsky y fundó el primer templo budista en su país. Su fama trascendió el arte y promovió la cultura como un fundamento de la paz y recibió varias nominaciones al Premio Nobel; su visión de la Liga de las Naciones es parte importante de lo que acabó siendo la Naciones Unidas, un paso hacia un organismo de gobernancia global.

Al parecer Nicolas Roerich conoció el Nueva York de 1928 a Henry Wallace, quien sería secretario de Agricultura y Vicepresidente bajo el mandato de Franklin Delano Roosevelt. El encuentro pudo haberse dado a través de la Teosophical Society, en la cual ambos participaron. Alice Bailey, la continuadora del trabajo de Madam Blavatsky, fundó en 1920 su editorial Luci’s Trust (originalmente Lucifer’s Publishing) y la teosofía estaba en su auge en esos tiempos.

Wallace quedo encantado por la refinación espiritual y los conocimientos esotéricos de Roerich, quien había viajado por todo el mundo, incluso en búsqueda del mítico reino del cielo en la Tierra, Shambhala (en el que se basara la película de Capra sobre Shangri-la). En este lugar en lo alto de los Himalayas supuestamente hay una ciudad de maestros ascendidos en la que reina la Gran Hermandad Blanca. La pintura de Roerich refleja los mitos y paisajes de este nodo espiritual planetario.

La amistad esotérica de Wallace y Roerich los llevó a celebrar reuniones en el penthouse del museo del pintor ruso en la ciudad de Nueva York (a cuya inauguración habían asistido jefes de estado, Einstein, Tagore, etc.). Se dice que a estas reuniones asistieron entre otros el presidente Roosevelt, que quedó muy impresionado con Roerich, y el historiador hermético Manly P. Hall, quien fundara la Philosophical Research Society, en cuyas instalaciones podemos ver una estatua de Roerich y una de Blavatsky.

Fue la recomendación de Roerich de que pusieran el símbolo del ojo omnividente dentro de la pirámide incompleta en una moneda la que llevó al entonces secretario de Agricultura Henry Wallace a mostrarle la imagen del Gran Sello al presidente, Wallace escribe en una carta:

“Mientras Roosevelt veía una reproducción a color del Sello lo que primero le llamó la atención fue el “Ojo Omnividente”, una representación masónica del Gran Arquitecto del Universo. Luego le impresionó la idea de que la fundación de un nuevo orden de las edades había sido sentado en 1776 pero sería completado solo bajo el Ojo del Gran Arquitecto. Roosevelt como yo era un masón grado 32. Sugirió que en vez de una moneda, pusieramos el símbolo en el billete de un dólar”.

Roosevelt no sólo era masón, era miembro de la sociedad secreta de los “Shriners” (Ancient Arabic Order of Nobles of the Mystics Shrine). En la inscripción Novus Ordo Seclorum, Roosevelt vio un analogía con su “New Deal”, el Nuevo Trato o Nuevo Orden Mundial. La inclusión de este poderoso símbolo en el billete del dolár ha generado una impronta en todo el planeta, reflejando un misterioso designio y convirtiéndose en el emblema de las teorías de la conspiración. Como veremos, el símbolo del ojo en la pirámide , la leyenda del nuevo orden mundial y el águila-fenix en el dólar son una especie de teleología de la historia secreta, como una campaña viral metafísica.

La confianza y la injerencia de Roerich en Wallace y quizá en Roosevelt estaban fincadas en su promesa de obtener la “piedra del destino”. En una serie de cartas en las que llamaba a Roerich “gurú” y que más tarde serían filtradas por la prensa, afectando su campaña a la presidencia, Wallace escribió

“He pensado en la advertencia de ‘Espera la Piedra’. Esperamos la Piedra y te recibimos otra vez con los brazos abiertos a esta gloriosa tierra del destino”.

Esta piedra del destino, es la también llamada Piedra Chintamani, la cual legendariamente fue traída del cielo y entregada al Rey del Mundo en Shambhala, Sumat Kumara.

En otra carta Wallace le escribió a Roerich:

“La búsqueda, ya sea por la palabra perdida de la maosnería, el Santo Grial o el potencial del porvenir, es un objetivo supremamente valioso. Todo lo demás es deber kármico. Pero seguramente todos somos un potencial Galahad. Así que esmerémonos por el Cáliz y la llama arriba de el”.

La historia se complica ya que se dice que Nicholas Roerich entró en contacto con la piedra y viajó al Tibet para reunir la piedra Chintamani a su piedra madre, una enorme joya, en el corazón de Shambala. Según la leyenda la piedra proviene de la estrella de Sirio. Al parecer Roercih no habría llegado a Shambhala y sólo a Shigatse, por cuyas cuevas se asciende a Shambhala y en dónde estudio Blavatsky.

En la piedra, según Roerich, yace la siguiente inscripción (traducida del sánscrito):

“Through the Stars I come. I bring the chalice covered with the shield.” (A través de las estrellas he venido. Traigo el cáliz cubierto con el escudo”.

La piedra Chintamani está relacionada con el santo grial a través de la obra medieval “Parsifal”, de Wolfram von Eschenbach y de la estrella Sirio. También se relaciona con la pierda que Jacob usó como almohada y de la cual, según dice la Biblia, creció una escalera angelical al cielo. En el clásico sobre el santo grial Eschenbach menciona la “piedra del cielo”, la cual es verde, al igual que la Chintamani, la cual dice es parte de un meteoro moldavita (similtudes sincromísicas se pueden trazar a la criptonita de Superman).

El verde es el color de Venus, que al igual que Sirio es llamada “la estrella más brillante del cielo”. Venus es también Lucifer, antes de que se le asociara con el diablo, “el ángel más brillante”, “el que lleva la luz”. El verde también es color de la “Tabla Esmeralda”, el clásico hermético atribuido a Thoth (que mantiene resonancias con Lucifer). En este texto se enuncia la máxima gnóstica “Como arriba, es abajo”, quizás la frase que sintetiza, en menos palabras, el más copioso cuerpo de conocimientos arcanos. De esa sola frase, podemos extraer toda la religión y arquitectura de los pueblos más admirados de la antiguedad, como los egipcios y los mayas, que son en realidad astroteologías y astroarquitectura. Inlcuso este espejo oculto de las estrellas está detrás de la religión católica (la adoración al sol), la religión judía (la adoración a Saturno) y por supuesto la masonería y demás sociedades secretas que se basan en la religión de los misterios egipcios y griegos, cuyo origen se remonta a la Atlántida.

 

El masón 33 Manly P. Hall escribe en “The Secret Teachings of all Ages”:

“Como el záfiro Schethiya,el Lapis Exilis, la joya de la corona del arcángel Lucifer, cayó del cielo. Miguel, arcángel del sol y dios oculto de Israel, encabezando las huestes angelicales luchó contra Lucifer y su legión de espíritus rebeldes. Durante el conflicto, Miguel con su espada flamante golpeó la refulgente Lapis Exilis en la corona de su adversario y la piedra verde cayó de los anillos celestiales hacia el oscuro abismo inconmensurable. De la gema radiante se fraguó la Sangreal, o Santo Grial, de la cual se dice que Cristo bebió en la Última Cena”.

De aquí podemos tender otra línea de investigación, la misma del libro ” The Holy Blood, The Holy Grail”. El santo grial es la sangre real, la sangre de la descendencia de Cristo y María Magdalena. La sangre de los Merovingios, reyes de Francia (El Merovingio aparece en Matrix como un programador inmortal y dios sexual que conoce a perfección el código de la Matrix).

Los Merovingios también comparten un supuesto origen en Sirio. Mer, significa mar (Meru también se le ha llamado a la Atlántida) y al parecer el nombre Mero-veus se deriva de “vere”, dragón o bestia. El origen mítico de los “Meroveus” cuenta que la dinastía fue concebida por la relación violatoria entre el quinotauro, un monstruo marino y la madre del primer rey Merovingio. El Quinotauro se identifica a veces con Poseidón. Los Merovingios parecen ser la mítica raza de los reyes peces o pescadores (Fisher Kings).

Todo esto por supuesto resuena con los Nephelim del Antiguo testamento que buscaron procrear con las hijas del hombre. Y conecta con los Annunaki, los dioses sumerios que algunas interpretaciones de las tablas señalan fueron los creadores de la humanidad (y se les identifica con reptiles o dragones).

Lo cual nos lleva a la teoría de los antiguos astronautas, y la posibilidad de que la sangre real (sangre azul: luz de Sirio) sea el A.D.N. de las estrellas, el A.D.N. extraterrestre de la raza de los dragones. El masón Alber Pike se refiere a Sirio como la “estrella que brilla en las logias” y que traza el camino. Los masones utilizan la imagen de una escalera caracol o espiral (como el ADN o la serpiente kundalini) que sube al cielo, al “stargate” o portal de las estrellas. Sirio es también “el ojo en el cielo”, que se representa arriba de la escalera. (“Eye in the sky, i can read your mind”, dice Alan Parsons en un disco que contiene una canción llamada “Lucifer”.) (Con su track “Sirius”, los Bulls de Chicago salían a la cancha).

La tribú africana de los dogon, según el trabajo de Robert Temple, sabía que el sistema estelar de Sirio era un sistema binario, con la existencia de una enana blanca Digitaria. Los dogon llegaron a estos conocimientos (también describieron la órbita de Sirio) de una forma que trasciende la ciencia ordinaria, ya que evidentemente no cuentan con telescopios. Los dogon se refieren a la estrella enana Digitaria, como “El ojo del universo”.

Si seguimos jugando con la etimología, existen investigadores que relacionan a los dogon, con la palabra dragón y al último rey Merovingio, Dagoberto. Otra posible relación sería con la palabra dog (Sirio es conocido como “dogstar” la estrella del perro; dog es god al reves; Sirio en el esoterismo es conocido como el Sol Secreto). Si seguimos tejiendo la madeja sincromística notamos que Osiris es representado con cabeza de perro (al igual que Xolotl-Venus); Sirio, también llamada la “Estrella de Isis”, marcaba con su ascenso heliacal el inicio de la inundación del Nilo (el cual está relacionado con la Vía Láctea).

Osiris, cuyo color es el verde, también resucitó de la muerte después de que su hermano Seth (¿Satán?) lo hiciera pedazos; el último de los 14 que ensambló Isis fue su falo, el cual había sido devorado por un pez en el Nilo. Esta historia es simbólica de la alquimia del renacimiento a la vida después de la muerte. Los egipicos no enterraban a los muertos en los 70 días en los que Sirio (el sol secreto) yace oculto. El perro: Sirio es el pastor de estrellas (la cuales son equivalentes a almas). El falo de Osiris representa al sol y al misterio de la alquimia sexual.

Al igual que Osiris, Cristo es un dios de la luz, el sol personificado; el secreto, de Cristo, según parece ocultarse, es la magia sexual: la semilla de Sirio (En palabras de Crowley “The star & the snake”).

Peter Dawkins, autor del libro “Arcadia”, escribe:

Jesus de Nazaret es históricamente una de las grandes almas que llamamos Cristos, Hijos de Dios… Se dice que esta alma obtuvo la perfección en mundos distintos al nuestro y que él es un Gran Iniciado del sistema estelar llamado Sirio. De la Gran Hermandad Crística de Sirio llegó con dos más en una misión especial a nuestro sistema solar, entrando vía el Sol, su corazón y luego encarnando en este ambiente denso de nuestro planeta a través del más refinado de Venus, nuestro planeta gemelo.

De nuevo la conexión entre Sirio y Venus: Maria Magdalena e Isis, como símbolos de la diosa del amor, están relacionadas también con Venus. El símbolo de la divinidad de los Merovingios es la abeja, la cual está relacionada con Venus, por la miel (y según una leyende Melchizedek trajo las abejas de Venus) El sincromístico Goro Adachi nos dice que Sirio y Venus están relaciondas a través del pentagrama o la estrella de cinco puntas.

Madam Blavatsky y la teosofía conectan a Cristo con Lucifer. En el Libro de las Revelaciones de San Juan se dice que Cristo es “el hijo de la mañana” o el hijo de la estrella más brillante, el mismo epiteto que se usa para Lucifer en el Viejo Testamento, antes de que se le identficara mucho después con el diablo (¿se trata de la semilla dávidica?). El gran mago francés Eliphas Levi escribió “¿Qué es más absurdo y más impío que atribuir el nombre de Lucifer al diablo, eso es, al mal personificado. El Lucifer intelectual es el espíritu de la inteligencia y el amor… es el Espíritu Santo; mientras el Lucifer físico es el gran agente del magnetismo universal”.

Manly P. Hall dice en sus “Enseñanzas Secretas de Todas las Edades”, según la filosofía Rosacruz:

“La luz falsa es finalmente vencida y redimida por la luz verdadera del alma, llamada Segundo Logos o Cristo. El proceso secreto por el cual el intelecto luciferiano se transmuta en el intelecto crístico constituye uno de los grandes secretos de la alquimia, simbolizado por la transmutación de metales base en oro”.

Ahora bien si seguimos con esta idea de Lucifer como Cristo, también podamos hablar de Lucifer como falso Cristo. Blavatsky cita la frase “Demon est Deus inversus”. Arthur C Clarke en su libro “Odisea al Espacio” 2010 escribe: “Una generación pronto nacerá que nunca habrá conocido un mundo sin Lucifer”.   (Es posible que quizás este código de Lucifer sea el del Anti Cristo, pero esto es un misterio que sinceramente no podemos resolver).

Para los masones Lucifer ( resonancia de Prometeo), es el símbolo del hombre que se vuelve dios (esto puede interpretarse como una rebelión o como una eclosión o iluminación de la inmanencia de Dios en todas las cosas). Los Iluminati o los sacerdotes de Amen-Ra, al parecer estarían planeando crear una nueva estrella en nuestro sistema solar: El proyecto Lucifer. El video del genial Steve Wilner, sincroniza esta imágenes:

Como paréntesis literario hay que hacer referencia a las múltiples conexiones que tiene Sirio con la mística y el arte del siglo XX. Entre las personas que dicen haber tenido una conexión con esta estrella o una inteligencia emanada de Sirio tenemos a: Tim Leary (quien dice haber tenido telepatía interestelar en la cárcel), a Robert Anton Wilson (el autor de “Illuminatus”), al ilusionista Uri Geller (cuyo halcón galáctico provenía de esta estrella), al místico ruso George Gurdjieff, Aleister Crowley (quien describiera a un extraterrestre de la misma forma en que en la actualidad se representa a los “grises”), al escritor de ciencia ficción Phillip K. Dick. Saul-Paul Sirag sostien que docenas de científicos, entre ellos Buckminister Fuller y John Lilly, dicen haber recibido comunicaciones astrales.

K.Dick noveló este episodio de su vida, que también podría ser un caso de esquizofrenia, en VALIS. En la novela Dick es disparado a un estado de conciencia alterado después de ir al dentista y ver un collar brillante con el símbolo de piscis (también relacionado con los Merovingios). Dick dice haber visto un rayo laser rosa penetrando su mente, este rayo rosa al parecer proviene de un satélite en Sirio, el cual es responsable de crear nuestra realidad holográfica.

Regresando a Nicholas Roerich, Wallace lo envió en 1934 a una expedición a Asia en representación de la Secretaría de Agricultura de Estados Unidos. En 1933 se había impresó el nuevo billete de dolár con el ojo en la pirámide truncada. Se dice que esta expedición podría haber tenido como fin traer la piedra del destino a Estados Unidos. En 1935 los fondos se Roerich fueron retirados, al parecer Wallace se había desencantado de su gurú. Demasiado tarde puesto que eventualmente le costaría la elección a la presidencia.

El investigador Buff Parry cree que Roerich nunca tuvo la pieda del destino y la uso solamente para embaucat a Wallace y promover su agenda oculta. Esta piedra, o cáliz, habría sido obtenida por los templarios en Jerusalén y ocultada en Escocia, de donde se deriva el rito “escocés” de 33 grados de la masonería. Algunos libros como “The Stargate Consiracy“, señalan que el movimiento new age ha sido planeado por organismos secretos desde épocas remotas y en los que participan Madam Blavatsky, Alice Bailey, Roerich y la mismisima Gran Bestia, Aleister Crowley con su “nuevo eon de Horus”. Un movimiento que más tarde sería continuado por la CIA, como agencia de desinformación en nuestra época psicoelectrónica de canalizaciones, en el Internet como medio viral y en el milenarismo tecno-baconiano. En 1932 Alice Bailey, la fundadora de Luci’s Trust, declaraba el inicio de la “nueva era de acuario”. Un meme programativo que parece continuar inciertamente hasta este día.

Por otra parte una de las empleadas del museo de Roerich reveló que éste recibió “el cofre sagrado” en París y el cual contenía una imagen del Maitreya, la décima encarnación de Vishnu y especie de Cristo Cósmico; unas monedas interdimensionales de Shambhala y se coquetea con la idea de que tenía la Piedra.

El documental “The Eye of the Phoenix” nos dice, vía Manly P. Hall, que en realidad el águila en el Gran Sello de Estados Unidos, es un fénix. En “Parsifal”, la obra clásica del Santo Grial que inspirará a Wagner, el fénix renace de sus cenizas por virtud de la “piedra del cielo”. Este documental juega la posibilidad de que “el destino secreto de Estados Unidos”, enunciado primero en la Nueva Atlántida de Francis Bacon, en la Independencia del 4 de julio (día que Sirio se alínea con el sol) y en el billete de un dólar, es dar lugar a un nuevo orden mundial. Tal vez como un fénix que muere en un acto de alquimia, sacrificando al dolár, orquestando una crisis económica mundial y moldeando la mente global para que acepte la llegada de la nueva era, el nuevo sol, el nuevo día, el cual es el símbolo de campaña de Obama.

Manly P. Hall escribe en “The Secret Destiny of America”:

“Existe hoy en el mundo y ha existido por miles de años un grupo de hombres iluminados unidos en lo que se podría llamar una Orden de la Búsqueda. Está compuesta por aquellos individuos cuya percepción intelectual y espiritual les han revelado que la civilización tiene un destino secreto.

El resultado de este “destino secreto” de Estados Unidos es un Nuevo Orden regido por poderes supernaturales. Este Rey desciende de una raza divina; esto es, perteneció a la Orden de Iluminados ya que aquellos que llegan a un estado de sabiduría entonces pertenecen a una familia de heroes humanos perfeccionados”.

En estas palabras tenemos la base de la moderna teoría de la conspiración, que a través de Jordan Maxwell (que recibió sus conocimientos a través de Hall) desembocó en la película Zeitgeist y en muchas otras versiones de la Gran Conspiración que incluyen el 2012 y el supuesto Fin del Mundo.

No podemos decir si esta conspiración es simplemente una enorme red de desinformación que se ha vuelto inextricable, o si se trata del Anti Cristo, de un Cristo Holográfico incluso, o esta(s) sociedad secreta de “Iluminados” luciferianos en realidad busca cumplir con un destino divino e iluminar al mundo: que todos (o la elite) abran el ojo y se complete la pirámide. Posiblemente la realidad sea un constructo mental y cada quien mejor haría en crearla por sí mismo y en escuchar su propia historia antes que creer en otra.

En este sentido quizás el mejor entendimiento de este thriller místico-detectivesco es como un símbolo, que cada quien debe interpretar (el santo grial sólo es visible para quien es capaz de “ver” la luz invisible: como Alicia que imaginaba cómo se vería la luz de una vela apagada). Una trama velada (como el velo de Isis) que sólo los iniciados logran desentrañar. Manly Hall nos dice que los ideales tan pronto son conocidos por el mundo se convierten en ídolos, por eso deben de ser ocultados en símbolos.

“El simbolismo es el lenguaje de los Misterios… A través de símbolos, los hombres han buscado desde siempre comunicarse aquellos pensamientos que trascienden los límites del lenguaje”.

El santo grial es: “un símbolo del mundo inferior y de la naturaleza corporal del hombre, porque ambos son receptáculos de las esencias vivientes de los mundos superiores. Tal es el misterio de la sangre redentora, la cual descendiendo a la muerte, se sobrepone a su último enemigo al espiritulizar toda la substancia con su propia inmortalidad. Para el cristiano, cuya fe mística especialmente realza el elemento de “amor”, el santo grial típifica el corazón en el que se arremolina el agua de la vida eterna. Para el cristiano, la búsqueda del Santo Grial es la búsqueda del ser veradero que, una vez encontrado, consuma la magnum opus”.

 

 Nos quedamos con la alquimia, más que con la conspiración, con la piedra filosofal, con el “lapis” que hace oro del cuerpo humano -barco- para atravesar el mar del espacio guíado por el can Sirio y Venus -Isis y (Stella) María – la mujer divina y de esta forma encontrarse a sí mismo en el espejo de luz de las estrellas.