EL CASO DE LA BATALLA DE LOS ANGELES 1942

Batalla de Los Ángeles, 25 de Febrero de 1942.
Batalla de Los Ángeles, 25 de Febrero de 1942.

Luego que la temible Armada Imperial Japonesa propinara un certero golpe aquel 7 de diciembre de 1941 en Pearl Harbor, EEUU se metió de lleno en la guerra del Pacífico. La costa Este de la nación americana era considerada la más susceptible a una invasión desde Japón. Asimismo, fue necesario el establecer rápidamente una defensa antiaérea sólida y proveer a los ciudadanos con procedimientos que pudieran seguir en caso de un ataque. Los procedimientos incluían el establecimiento de una Guardia de Vigilancia Antiaérea, como así también el empleo de apagones, los cuales eran utilizados en aquel entonces por el Teatro de Operaciones europeo. Aproximadamente a las 2:25 a.m. del 25 de febrero de 1942, las sirenas antiaéreas fueron activadas por los militares en Los Ángeles, California fue sistemáticamente apagada. La gente saltó de sus camas en pánico. Miles de soldados se dirigieron raudos a sus respectivos puestos. Algo había sido avistado en los cielos acercándose a la ciudad y la posibilidad de un ataque enemigo en propio suelo parecía una posibilidad bastante real para una nación ahora en guerra. Sin saber qué era lo que se acercaba a la ciudad, la 37ma Brigada de Artillería Costera comenzó a disparar sus armas antiaéreas hacia el objetivo. El fuego continuó por casi una hora. Más tarde se supo que tres personas habían muerto a causa de los fragmentos de cartuchos producto de la artillería antiaérea y que otros tres fallecieron de un ataque al corazón a causa del pánico provocado. Además de la pérdida de civiles, otro daño colateral fue la numerosa destrucción de casas y negocios. La alarma antiaérea fue levantada a las 7:21 a.m. Es extraño el hecho que aviones del Comando Aéreo se prepararan para la misión de interceptar y derribar durante la traumática experiencia, y sin embargo la orden de ataque nunca fuera dada. Parece obvio que el “enemigo” que se paseaba por el firmamento nocturno de Los Ángeles no era una nave japonesa ni un avión comercial de EEUU. Miles de testigos del incidente describieron a la nave enemiga como un objeto grande que permaneció inmóvil sobre la ciudad mientras el ejército estadounidense le disparaba con todo lo que tenía. Poco después este misterioso objeto (¿u objetos?), sin mella alguna, empezó a desplazarse lentamente hacia Santa Mónica y Long Beach para desaparecer de vista por completo luego de un rato. A la mañana siguiente en el periódico Los Angeles Times el titular decía: “El Ejército dice que la Alarma fue Real”. Entre las fotografías del incidente presentadas en el artículo, además de la del objeto en cuestión, también se veía a una mujer (Mrs. H.G. Landis) mostrando una almohada destruida por metralla, y a un residente sosteniendo un cartucho de 12 lb. que no explotó.

"El Ejército dice que la Alarma fue Real" —Los Angeles Times.
"El Ejército dice que la Alarma fue Real" —Los Angeles Times.