A mediados de febrero de 1978, un grupo de arqueólogos israelíes iniciaron las excavaciones cerca de la gran pirámide de Snofru, en Dashnur. Esta pirámide y las que la rodean, jamás habían sido abiertas para tales búsquedas, debido a que se encuentran en un campo de operaciones militares de Egipto, en una zona considerada de mucho secreto. Sin embargo, debido a la política de amistad que desarrollaban en ese momento Egipto e Israel, el presidente Anwar Sadat decidió conceder el permiso, como gesto de buena voluntad. Los investigadores se encontraban trabajando ya a unos quince metros de profundidad, en una zona completamente virgen de exploraciones, al norte de la pirámide, cuando de pronto la pata de un trípode que sostenía una máquina fotográfica hizo contacto con una piedra “blanda” en el desierto arenoso. Era algún material plástico de relleno, que cedió ante la presión y peso de la cámara. EXTRAÑO HALLAZGO Fotografía única del objeto recuperado. El fotógrafo se inclinó para mirar por el hueco que recién había descubierto por accidente. Y encontró bajo sus pies una caverna. Tras una furiosa limpieza con picos y palas para ampliar el agujero, los arqueólogos pudieron ver un misterioso objeto. Evidentemente, no era un artefacto de los antiguos egipcios. Tenía cerca de 120 centímetros de diámetro y forma de disco. Al centro, en su parte más gruesa, debía tener unos tres metros y era de un metal suave y brillante que no parecía afectado por el paso del tiempo. Ni tumbas, ni estatuas, ni ofrendas sagradas rodeaban el extraño artefacto que se sostenía sobre tres patas. Al examinar la caverna con detenimiento, dos de los arqueólogos que descendieron por la cavidad constataron la existencia de tableros y equipos electrónicos que se encontraban en perfectas condiciones. Para Israel, país preparado siempre para la guerra, aquello representaba una buena dotación de armas sofisticadas y ultramodernas que podían llegar a ser de su propiedad. Los arqueólogos decidieron que era necesario comunicar la noticia del hallazgo a su gobierno, en forma secreta y rápida, para que los egipcios no se enteraran de ello y de momento no procedieran a confiscar estos elementos encontrados en su suelo. Se decidió que el fotógrafo, que había logrado innumerables tomas del extraño artefacto, llevaría el rollo de películas a Tel Aviv, para mostrarlo a las autoridades. Mientras tanto, los otros miembros de grupo continuaron cavando bajo una lona para evitar que ojos curiosos descubrieran el secreto. Habían llegado a la conclusión de que se trataba de una nave espacial oculta bajo la pirámide de Snofru. En tanto, las fotos llegaban al Ministerio de Defensa de Israel, donde se reunió el Zahal (grupo militar ultrasecreto). Planearon la “operación Entebbe”. El tema de discusión fue: cómo apropiarse del objeto, que les daría sin duda una enorme superioridad bélica, y cómo evitar que cayera en manos egipcias. DETALLES DE LA ACCIÓN Tres aviones Hércules 103 E serían utilizados como transportadores y un Hércules 103 H, conocido como Hipopótamo, estaría destinado únicamente a cargar un camión de arrastre de 10 toneladas. Uno de los 103 E transportaría un hospital de campaña, mientras el otro contendría jeeps, armas ligeras, y cincuenta comandos cada uno. Además, un escuadrón de aviones F4 daría la cobertura aérea necesaria para la operación. A las tres de la madrugada, se dio la orden “Zanek” en los aeropuertos de Tel Aviv, Ben Gurión y tres más secretos de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, todo fue calificado como “una operación de rutina”. La ruta que debían seguir pasaba sobre el sudeste del Sinaí y el Mar Rojo, adentrándose directamente hacia el bajo Egipto. Un quinto avión Hércules volaba tras la flota por si alguno de los transportes quedaban fuera de combate. El plan era atacar violentamente y en forma decisiva, para terminar la operación en un promedio de dos horas y volver a Israel con la mayor rapidez posible. El camión, por su parte, debía abrirse paso atravesando los alrededores del Mar Rojo, y cortando por la península de Sinaí para dirigirse a casa. Tras el camión irían los cuatro jeeps y los hombres que quedaran vivos después de la batalla, cuidando la preciosa carga. Los agentes secretos en territorio egipcio, habían sido instruidos para conseguir lanchones para cruzar el Nilo, la parte más peligrosa de la operación. SUSPENSO Y DECISIÓN En la pirámide de Snofru esperaban los integrantes del grupo de arqueólogos, nueve jóvenes excitados y anhelantes, que vieron llegar exactamente a las 13.00 horas a los aviones. Uno de los Hércules, que había sido habilitado como hospital, debía recoger a esos hombres para llevarlos de regreso a Israel. La segunda orden era establecer un perímetro de defensa alrededor de la pirámide. El camión rodó fuera del vientre enorme del Hipopótamo y se dirigió a la caverna. Ya los comandos se encontraban emplazando los cables y ganchos que debían la nave extraterrestre hacia su nuevo asentamiento sobre la plataforma. Fue entonces cuando llegó un contingente de egipcios. Evidentemente los aviones habían sido localizados mediante radar. Los soldados egipcios saltaron de sus vehículos y establecieron un frente de batalla a cierta distancia. Los israelíes, por su parte, enfilaron los morteros y armas ligeras hacia ellos. Luego de diez minutos de enconado combate, los egipcios se retiraron con fuertes bajas. Pero un nuevo contingente, mucho más poderoso, se acercaba a toda velocidad. Mientras tanto, se trabajaba febrilmente en los ajustes del OVNI sobre la plataforma. La lucha estalló de nuevo. Los morteros israelíes levantaban cataratas de arena entre las fuerzas egipcias, y los cañones antitanques se cebaban en los vehículos que no esperaban semejante recepción de sangre y fuego. La puntería de los israelíes y calidad de sus armas, frustraron todo intento egipcio por rodearlos. El OVNI ya estaba sobre el gigantesco camión. Los jeeps fueron colocados en torno al vehículo, enarbolando sus ametralladoras calibre 50, enfriadas por agua. También los F4 ayudaban en tanto a la labor destructora de las fuerzas de tierra israelíes, arrasando con cohetes el campo de batalla. Terminada su tarea los aviones se pusieron en movimiento. Cada uno requería de muy poco espacio para despegar. Y así los hicieron, bajo una verdadera lluvia de balas procedentes de los egipcios. Tres comandos fueron heridos, mientras se ultimaban los preparativos de la partida del camión con la nave espacial a cuestas. Once más habían muerto. Los egipcios, con base en su superioridad numérica, avanzaban paso a paso, aunque carecían de artillería y muchos yacían muertos o desangrándose sobre las arenas del desierto. Con quince minutos de atraso sobre el plan establecido, los israelíes decidieron partir. Mientras el convoy cruzaba el Nilo, se informó que los F4 habían sostenido una cruenta batalla aérea con los Migs egipcios. Finalmente cruzaron la frontera israelí, los egipcios les siguieron la huella paso a paso, y cada enfrentamiento significó muerte y sangre por ambas partes. La nave espacial, preciosa carga, sirvió muchas veces de refugio a los combatientes para disparar sus armas o para morir… ISRAEL TIENE EN SU PODER EL OVNI Pese a que se guarda un estricto secreto en cuanto a las armas allí encontradas, según se supo después son de extraordinaria potencia, pero que algunas aún permanecen en el misterio ya que los expertos balísticos no saben ponerlas en funcionamiento. Elementos encontrados en el OVNI son objeto aún de análisis y sobre todo de dudas por parte del gobierno israelí con respecto a su eventual utilización. Se han realizado en Israel experimentos con sujetos mayores de 81 años, con drogas de longevidad halladas en el OVNI. Todos coinciden que su proceso de deterioro se está deteniendo (luego de unas semanas de tratamiento). Tres de ellos se consideran tan renovados cerebralmente, que desean ingresar en la universidad; y otros piden que se les permita contraer matrimonio entre ellos, ya que el apetito sexual se les renovó completamente… El uso masivo de estos elementos para longevidad, plantearía una mayor necesidad de territorio y sería fuente de nuevas guerras por expandirse. Los arqueólogos israelíes que descubrieron el objeto volante afirman que aún pueden existir más enterrados en las candentes arenas que rodean la pirámide “Torcida”, situada al norte de Snofru. Se le llama así porque su ángulo de ascenso cambia cuando se está a dos tercios de la cima. La teoría de que las pirámides representan una especie de batería energética y hangar para los platillos voladores parece quedar plenamente demostrada con este episodio. Es posible que también los egipcios hayan encontrado o estén a punto de encontrar un OVNI, con todo su extraordinario potencial de instrumentos y tecnología avanzada. Hay una parte de las Sagradas Escrituras que señala que el fin del mundo comenzará el día que en el Medio Oriente suceda un desastre. Es posible que los extraterrestres, hace miles de siglos, llegaran a nuestro planeta y visualizaran el futuro con sus aparatos. ¿Fue entonces cuando enterraron los OVNIS, preparados tanto para otorgar la vida con sus drogas de longevidad, como para producir la muerte mediante sus armas sofisticadas? Tal vez, de vuelta a sus remotas galaxias, los extraterrestres decidieron dejarnos la elección a nosotros o quizás dejaron un legado indescifrable para motivar al ser humano a un cambio de actitud y en poco tiempo también se remonte inexorablemente camino a las estrellas.