La verdadera alquimia no pretende la transmutación individual sino hacerla extensiva a toda la humanidad, y en este sentido se han detectado sociedades encargadas de sondear en un sector de la población la reacción que supondría la ejecución de un determinado acto, que en principio es simulado y resultará aplicado en la realidad si el sondeo es favorable a determinados intereses.
De la misma manera, se han pretendido y se pretenden cambios sociales encaminados hacia determinados ideales o como reacción en contra de las circunstancias actuales.
Todo ello supone una transmutación, ya que se pretende cambiar la mente y la ideología de millones de personas para que se produzca un cambio social controlado y en determinado sentido.
Annie Besant fue notable como activista política para que la India se emancipase del Imperio Británico antes de que aceptase el cargo de presidenta de la Sociedad Teosófica, influyendo profundamente en seres que como Gandhi, han dejado una cuña de valores espirituales inmersos en un clima de odio y de materialismo, lo que provoca contradicciones que se manifiestan en la destrucción o en el deseo de destruir, retrasando la expresión objetiva de aquella energía espiritual y cohesionadora.
Dentro de estas iniciativas, colectivos como la Sociedad Teosófica o la Golden Dawn, surgieron en el siglo XIX como resultado de los grupos de pensadores, místicos y políticos que se encontraban desencantados ante dos siglos de racionalismo, época descrita por el poeta irlandés William Butler Yeats como: “la rebelión del alma contra el intelecto”.
Pues tanto Escocia como Irlanda, fueron alentadas por personajes como Yeats para llevar a cabo sus aspiraciones independentistas y tratando de encontrar en sus raíces celtas todo aquello que justificase sus motivos para emanciparse.
En Gran Bretaña, la Golden Dawn influenciaba a autores de novelas como el mencionado Bram Stoker o Bernard Shaw, mientras que en Francia se producía una potente corriente dentro de la que se encuentran personajes como Alejandro Dumas, George Sand, Delacroix, Poussin, Gerard de Nerval o el mismo Jules Verne, y esta corriente la provoca la Sociedad de la Niebla.
Esta sociedad se fundó en el siglo XVI por un impresor afincado en Lyon y llamado Griphe para la que eligió el nombre de “Néphès”, una antigua sociedad griega cuyo nombre significa “niebla” y constituye el símbolo sobre el que se representa la acción de Dios en el mundo, tal como se contiene en el libro Eclesiastés, 24-4: “Yo levanté mi tienda en las alturas y mi trono era una columna de nube”.
Y esta acción de Dios en el mundo la pretenden realizar a través de iniciativas como las de estas sociedades provocando cambios sociales desde las mentes de los hombres.
La Sociedad de la Niebla toma su ideología de la francmasonería y, al menos en sus principios, pretende el conocimiento de Dios a través de la naturaleza y de sus leyes reproduciendo la filosofía natural aristotélica, ideología compartida asimismo por los gnósticos y rosacruces, resultando que la mayor inspiración de la Sociedad de la Niebla la encuentra en Los Iluminados de Baviera, sociedad creada por Adam Weishaupt en el siglo XVIII y que, según George Sand, reclutaba a todos los instigadores que: “dirigen todas las cosas, deciden la guerra o la paz, castigan a quienes consideran perversos y hacen temblar a los reyes en sus tronos”.
Curiosamente, los Iluminados de Baviera defienden los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, habiendo influido decisivamente en el advenimiento de la Revolución francesa en 1.789.
La Sociedad de la Niebla rehabilitó un texto medieval atribuido a un monje dominico en Italia, Francesco Colonna, siendo el nombre del libro “El sueño de Polifilo”, con contenidos que han influido a Miguel de Cervantes, Dante y Goethe, y han inspirado jardines como los de Versailles en Francia, los de Bomarzo en Italia o los de Aranjuez en España, todos ellos llenos de símbolos descritos en El sueño de Polifilo.
Alejandro Dumas, padre, publicó en 1.839 su novela “El Capitán Panfilo”, símbolo de Polifilo, pues “pan” significa todo o “poli” y la terminación “filo” coincide con el original, además conocidas son sus aficiones sobre temas esotéricos y las amistades con personajes que han tratado estos temas como Papus o Eliphas Levi, siendo él quien presentó a Julio Verne, entonces un joven, al editor Pierre Jules Hetzel.
Dumas fue notable como masón y libertario apoyando proyectos unificadores como el de Garibaldi en Italia, en cambio su amigo Hetzel se dejó notar como activista político, aunque ambos han colaborado estrechamente en los mismos proyectos.
Dumas y Hetzel son decisivos en la Sociedad de la Niebla, pues mientras Dumas buscaba y captaba nuevos valores literarios a través de los cuales se podría propagar la ideología de la Niebla, Hetzel les editaba sus obras, se las distribuía y promocionaba como nadie.
Uno de los personajes de Verne en su novela “La vuelta al mundo en 80 dias”, Philéas Fogg, esconde un nuevo Polifilo en su trama, pues etimológicamente puede descomponerse en “eas” que en griego significa todo y es el equivalente de Poli, y Fogg en inglés significa niebla. Pero hay más, ya que Philéas Fogg pertenece al selecto club llamado “Reform Club”, otra vez queda patente el deseo de reformar o transmutar, cuyas iniciales coinciden con las de la sociedad Rosa-Cruz además de dotarle de una de las características de la alquimia: la inmortalidad, pues lo describe como “un byron impasible que parece haber vivido miles de años sin envejecer”.
La Sociedad de la Niebla estableció una especie de complot para que se transformase el cristianismo mediante los rituales inspirados en los misterios de la sangre y que estaba financiado por la casa de los Habsburgo, pretendiendo secretamente realizar los ideales anárquicos de la Niebla mediante una profunda transformación social en todos los ámbitos: “desacreditar a todas las casas reales europeas para establecer una única dinastía reinante e institucionalizar la figura de un Gran Monarca en Europa, objetivo perseguido asimismo por otros grupos como el Priorato de Sión”.