CIUDAD DE MÉXICO (EFE) — Un total de 23 lápidas prehispánicas de unos 550 años de antigüedad y con grabados que muestran mitos aztecas, como el nacimiento del dios de la guerra Huitzilopochtli, fueron halladas por arqueólogos frente al Templo Mayor, en el centro histórico de Ciudad de México, informó este lunes el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Las piezas de tezontle (piedra volcánica) muestran en sus imágenes grabadas representaciones de serpientes, personas cautivas, ornamentos y guerreros que aluden al origen de la antigua cultura mexica, detalló el INAH en un comunicado.
Para el arqueólogo Raúl Barrera, dichos vestigios prehispánicos representan un gran valor arqueológico ya que es la primera vez que se encuentran dentro de lo que era el recinto sagrado de Tenochtitlan y se pueden mostrar “a manera de documento iconográfico un discurso que narra ciertos mitos de esta antigua civilización”.
El Templo Mayor fue el centro más importante de la vida religiosa de los mexicas, edificado en lo que ahora es el centro la capital mexicana y las áreas circundantes.
Según el investigador, los grabados se centran en los mitos del nacimiento de Huitzilopochtli y el origen de la Guerra Sagrada y fueron colocadas con dirección a lo que fue el centro de adoración de Huitzilopochtli
Las imágenes corresponden a la cuarta etapa de construcción del Templo Mayor, calculada entre 1440 y 1469, de acuerdo con el arqueólogo.
El mito de Huitzilopochtli plantea el origen de la Guerra Sagrada para el pueblo azteca, en la que el dios del sol enfrenta y derrota a 400 de sus hermanos, en una metáfora de la rendición de las estrellas ante el sol. Huitzilopochtli, la principal deidad guerrera entre los aztecas, fue una figura fundamental para el carácter bélico de la sociedad que gobernó gran parte del territorio mexicano y parte de Centroamérica durante el siglo XV.
La arqueóloga Lorena Vázquez Vallín detalló que en otra de las imágenes grabadas en las lápidas se encontró un dardo con representación de humo hacia los lados, frente al cual se halló una punta de flecha de obsidiana.
También la de un guerrero estelar ataviado que porta en una mano su chimalli (escudo) y en la otra un arma para lanzar dardos, con la cual Huitzilopochtli vence a Coyolxauhqui.
Otra de las piezas, añadió, se percibe la figura de un cautivo arrodillado con las manos atadas sobre la espalda, que posiblemente está hablando y del cual se aprecia la talla de una lágrima cayendo de su ojo.
En otra de las piezas prehispánicas se observa el rostro de perfil de un decapitado que lleva un tocado de plumas y una orejera.