EXTRATERRESTRES EN EL ANTIGUO JAPON

Al igual que en otras partes del mundo, el pueblo japonés guarda en su pasado testimonio arqueológico de una raza de visitantes que llegaron del espacio y que por un tiempo acompañaron a los terrestres. Polémicas teorías que son apoyadas por representaciones como las de las extrañas figurillas Dogu.
Al norte de la isla Hondo, en Tokomai en el país del Sol Naciente, fueron descubiertas por los arqueólogos nipones una serie de estatuillas con rasgos muy peculiares, cuyo estudio ha dado origen a opiniones encontradas sobre su procedencia. Uno de los primeros nombres con que se conocieron estas figurillas, es el de Dogu, palabra que le dieron sus descubridores de la isla y que significa “casco germinado”, por la extraña y poco común vestimenta que portan.
Posteriormente algunas mas de estas figurillas fueron descubiertas en Kamegaoka, algunas de ellas de bronce, y la mayoría de barro, pero todas con una especie de casco atornillado y con una altura en promedio de 30 centímetros por 12 de ancho. Este descubrimiento llamó tanto la atención, que muy pronto científicos de varias partes del mundo mostraron interés en estudiarlas, lo que provocó que el semanario “Mainichi Graphic”, cuya tirada es de varios millones de ejemplares, le dedicara un completo artículo en donde se preguntaba la posibilidad de que Japón hubiera sido visitado en el pasado por extraterrestres.
Uno de los primeros investigadores en hablar de estas figurillas fue el escritor soviético (ex soviético) Alexander Karanzev, quien se percató y estudió los rasgos inusuales de estas figurillas y quien, en el libro “Regreso a las estrellas”, de Erich Von Daniken, dijo lo siguiente: “Se trata de antiguas estatuas japonesas de bronce, que parecen llevar trajes espaciales. De sus hombros partían bandas, fuertemente adheridas al cuerpo, que se cruzaban sobre el pecho y se volvían a unir entre los muslos. En todo el traje, y hasta la altura de las rodillas, se veían aberturas semejantes a bolsas. El casco estaba firmemente apretado al cráneo por medio de bandas. Sin embargo, lo verdaderamente fascinante de las figuras eran unas enormes gafas de cristal dispuestas en diagonal. Las manos parecen estar embutidas en guantes”.
Pero, ¿qué hay en la historia del antiguo Japón sobre las figurillas Dogu y qué se ha estudiado sobre su origen?. Se dice que el archipiélago japonés estaba ocupado antiguamente por hombres de raza blanca a los que se les llamaba Yamatos, cuyos descendientes de piel blanca (los Ainous) viven en la actualidad en la isla Hokkaido.
Los posibles orígenes del pueblo japonés son diversos y, más aún, el de las figurillas Dogu. Para el investigador e historiador Yasuke Matsumara, la similitud de las figurillas Dogu con las pinturas rupestres encontradas en las grutas de Fukuoka es sorprendente, al igual que con la figura que llaman el gran dios marciano, de las pinturas rupestres del desierto de Tassili. Además, también presentan un sorprendente parecido con algunas figurillas aztecas que se conservan en el Museo de Antropología de la Ciudad de México.
Algunos de los miembros de la “Asociación de la Fraternidad Cósmica” de Japón, fundada hace algunos años, exponían … que, según una antigua tradición del Japón, los Hijos del Sol vivían en un continente que hoy se encuentra sumergido. Algunos de los sobrevivientes se refugiaron en las cimas que no se hundieron de las grandes montañas, como las del actual archipiélago japonés. Para los especialistas, ese gran continente sumergido en donde vivían los Hijos del Sol, no seria otro que el de la mítica “Lemuria”, más conocido como el continente de MU, bautizado así por el coronel James Churchward, quien suponía que se trataba de la zona original de la primera humanidad.
De este enigmático continente se dice que se localizaba en el Pacífico y que surgió antes que la Atlántida (algunos investigadores creen que estos dos continentes fueron contemporáneos y que su hundimiento se debió a una gran lucha entre ambos); que fue laguna de la civilización, con una gran tecnología muy avanzada y conocimientos de origen extraterrestre; que al sumergirse, los sobrevivientes llevaron algo de ese conocimiento a varias partes del mundo, como a México.
El origen de las figurillas “Dogu” es un misterio que ha dado pie a un gran número de teorías y especulaciones, por ejemplo el traje que portan es evidentemente muy avanzado para su tiempo; sin embargo, es difícil establecer si se trata de las representaciones de visitantes extraterrestres, o una remembranza de la gran civilización (Lemuria) que pobló el planeta en el pasado, ya que sus recuerdos los encontramos dispersos en representaciones por todo el mundo.
El gran investigador M. K. Jessup quien murió misteriosamente y fue precursor de estos temas, publicó en 1956, en su libro El Caso de los OVNIS, algo referente a estas antiguas civilizaciones: “Parece que cuesta mucho hacernos creer que esta extraordinaria cosa que llamamos , no sea sino un haz de parpadeantes llamitas reavivadas de los rescoldos de otra civilización cuya antigüedad no es ni siquiera soñada por nuestros modernos arqueólogos”.
Las evidencias son muchas y parecen apuntar hacia la posibilidad de que somos los sobrevivientes de una gran civilización como la que construyó las estatuillas Dogu, y que probablemente al principio de los tiempos los integrantes de dicha civilización también llegaron del espacio.