Este edificio onubense se comenzó a construir sobre una extensión de terreno del Cabezo de la Esperanza. Según la prensa de aquellos años, el 24 de abril de 1947 se aprobaba la compra de una parcela de 18.000 metros cuadrados por el valor de 400.000 pesetas de entonces, hoy unos 2.500€, y que con un presupuesto de unos diez millones sería construida la Residencia Sanitaria del Seguro Obligatorio de Enfermedades, Manuel Lois García.
Manuel Lois Garcia (Natural de Órdenes, Santiago de Compostela) fue un Soldado de Infantería de Marina al cual se le concedió la Cruz Laureada de San Fernando por Orden de 30 de Mayo de 1939, por su actuación el 7 de Septiembre de 1937 a bordo del Crucero Baleares durante la batalla de Cherchel.
En la fecha citada, avistó el Crucero Baleares en las proximidades de Argel, un convoy formado por diez unidades de la Flota Roja y cuatro mercantes. Acto seguido entablo combate con ellos, recibiendo en el transcurso del mismo dos impactos de proyectil de 152,4 mm, el segundo de los cuales dio en la chimenea del buque, produciendo bajas en la dotación del cañón numero 4.
Un cascote penetró en la parte alta de la caja de urgencia, que contenía proyectiles iluminantes, incendiando un cartucho y produciendo la correspondiente explosión. Apercibido el soldado de Infantería de Marina Manuel Lois Garcia, telefonista del cañón numero 4, y dándose cuenta del peligro que otras explosiones podrían ocasionar al buque, se dirigió a la caja de iluminantes, zafó su única tuerca de sujeción. Al quedar la puerta sin cierre alguno, se abrió violentamente a causa de la presión interior y una llamarada dio de lleno sobre el cuerpo de Lois, prendiendo sus ropas.
No obstante, con absoluto desprecio de su vida, se lanzo sobre el proyectil arrojándolo al agua, corriendo después hacia la popa envuelto en llamas, donde fue auxiliado por unos Marineros que le quitaron sus ropas incendiadas y lo trasladaron a la enfermería donde murió al día siguiente siéndole otorgada, por el Almirante de la Flota, la Medalla Militar. Mas tarde se le otorgó la Cruz Laureada de San Fernando.
En el mes de julio de 1952 se finaliza la obra y el edificio es entregado al Instituto Nacional de Previsión. La Residencia contaba con una capacidad que superaba las 250 camas y 20 consultas médicas del ambulatorio, que más tarde albergarían el 061 y Urgencias.
El día 1 de abril de 1953 comienza la actividad médica en el edificio aunque el rótulo con su nombre no fue descubierto oficialmente hasta el 18 de julio de 1954. A comienzos de 1970 la Residencia se queda pequeña por lo que se ha de ampliar con dos nuevos edificios adosados al original para Pediatría y Ginecología-Obstétrica.
En 1993 el Hospital es cerrado y el personal pasa a trabajar a otro nuevo edificio en las afueras de la capital. Desde entonces y hasta el momento de la demolición del edificio, en él han pasado muchas cosas, varios incendios, ruidos extraños y visiones de una Dama Blanca que le han envuelto de cierto misterio como lugar encantado.
Cuando el hospital fue abandonado muchos de los materiales que albergaba se quedaron allí, en esos momentos fue cuando los hechos paranormales comenzaron a sucederse. Una noche, en la cuarta planta del edificio, empezaron a arder unos colchones, sin saber como era posible. Las llamas crecieron hasta hacerse enormes, por lo que los bomberos de Huelva tuvieron que acudir al lugar a extinguirlas.
Hasta aquí todo parece normal, pero las posteriores declaraciones de uno de los bomberos dejaban la puerta abierta a cualquier tipo de especulación. El bombero afirmó que entre las llamas y el humo pudo percibir la silueta de una persona, pero cuando fue hacia donde estaba, la silueta se alejó de él. Pudo distinguir que vestía ropa sanitaria, aunque de otra época, añade que en esos momentos sintió auténtico terror. Cabe destacar que en la misma planta han ocurrido varios incendios durante los últimos 6 años, sin explicación posible.
Muchos testigos afirmaron haber visto a una Dama de Blanco o figura femenina de ropaje blanco que recorriendo los pasillos del Hospital, lloraba desconsoladamente por las noches y sus quejidos eran tan insoportables que algunos de los empleados de urgencias que trabajaban a espaldas del edificio tuvieron que pedir la baja por depresión, ataques de nervios e histeria.
Con motivo de esto, la existencia de un túnel que comunicaba el Servicio de Urgencias con el Hospital tuvo que ser tapiado para mayor tranquilidad de un personal que siguió escuchando el sonido de camillas, instrumental médico y sillas de ruedas en el interior.
Un guardia de seguridad junto con su perro pudieron comprobar de primera mano la existencia de esta Dama de Blanco. Según el guardia todo sucedió cuando estaba en la oscuridad y llevaba consigo una linterna para iluminar su camino. El perro empezó a tirar de él y lo llevo hasta un lugar donde se encontró de frente con la Dama, que iba caminando lentamente hacia él. Esta persona sufrió un ataque de nervios como consecuencia de ese encuentro.
Se cree que la Dama de Blanco pudo ser una monja de las que solían hacer labores de ayuda con alguno de los pacientes y a las que originariamente se las veía ir de una a otra habitación. Existe un testimonio de un paciente hospitalizado que recibió por la noche la visita de esta monja en su habitación y le tomó la temperatura y constantes vitales. A la mañana siguiente cuando el médico entró para realizar su correspondiente visita, este hombre le dijo que se encontraba bien y que la “hermana” ya le había diagnosticado su estado pocas horas antes. El médico mirándole fijamente le confesó que aquello era imposible porque aquella monja a la que se refería había fallecido hacía ya algún tiempo.
Durante la ronda interior de dos vigilantes, uno de ellos se quedó un poco rezagado de su compañero y vio como una silueta de mujer pasaba de una habitación a otra entre él y su compañero que estaba más adelantado, su compañero al darse la vuelta y verle la cara le agarró del brazo y tirando de él salieron del edificio.
Otras veces cuando los vigilantes hacían la primera ronda, los muebles de metal grandes y pesados estaban a un lado de la habitación y cuando volvían a dar otra ronda aparecían justo al otro lado ésta. lo que más comentaban los vigilantes del edificio eran los ruidos de camas y puertas que se cerraban y abrían solas entre ronda y ronda.
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Algunos vecinos decidieron decorar sus hogares con objetos que se habían dejado en el hospital, es el caso de una pareja que cogió una lámpara de quirófano y la puso en su casa. La lámpara se apagaba y encendía sola, en ningún momento funcionó correctamente hasta que fue devuelta al lugar de donde la habían sustraído, la cuarta planta del hospital.
Muchos son los testimonios acerca de sonidos y sucesos extraños allí ocurridos, como el de Alberto Contreras que relataba a Fernando García así su experiencia: “Era aproximadamente el año 98 cuando entré con otro chaval, y entrando en la primera planta del edificio en donde estaban los enfermos de leucemia y enfermedades graves, había una sala de juegos para los niños. Escuchamos un ruido como si se moviera algo y nos fuimos acercando. Y efectivamente, había un columpio que se estaba balanceando como si alguien estuviera montado sobre él. Me cerciore de que las puertas y ventanas estaban cerradas y que ninguna corriente de aire hubiera provocado este movimiento. Nos atrevimos a pararlo y nos marchamos”.
En otra ocasión dos amigos que solían subir a la azotea del edificio en las noches de verano, comentaban que para subir a la azotea tenían que pasar por un pasillo de habitaciones cuyas puertas estaban cerradas, tras escuchar ruidos procedentes de la zona de la capilla, decidieron bajar a investigar y cual fue su sorpresa al encontrarse todas las puertas del pasillo abiertas muy bien puestas y ordenadas.
Otro ejemplo de movimientos inexplicables llegaba de un reducido grupo de amigos que rondaba por los pasillos del Hospital y al llegar a cierto lugar algo les llamó la atención: “En la quinta planta se encontraba la UCI y sobre las 4 de la madrugada entramos por un pasillo donde había una cristalera y una puerta que se encontraba precintada porque había material. Cuando accedimos a los “box” vimos a través de los cristales como entre las camillas había una cortina que se movía de forma brusca. Y como digo, todo estaba cerrado, las ventanas, persianas y la puerta”.
Otro tipo de fenómeno del que no se pudo determinar su procedencia, era la visualización de una extraña niebla con una consistencia más densa de lo habitual y de forma más o menos ovalada, flotando cerca del testigo para posteriormente desaparecer en cuestión de segundos ante sus ojos.
En otra ocasión, una de las personas que se encontraba en la cuarta planta recorriendo el edificio, se disponía a bajar las escaleras cuando llegando al descansillo se le apagó la linterna de manera fulminante. En ese preciso instante observa a la escasa luz que entraba por una de las ventanas, una densa niebla blanquecina de forma ovalada que baja las escaleras. Pasando ante él, continuó escaleras abajo siguiendo su recorrido por el centro y sin perder la forma. El testigo con la ayuda de la luz de un mechero, comenzó a bajar las escaleras también y cuando llegó a la planta baja, la linterna comenzó a funcionar de repente.