Todos conocemos la zona en el noroeste del Océano Atlántico, conocido como el Triángulo de las Bermudas o el Triángulo del Diablo. Pero hay otra área situada cerca de la costa japonesa en el Océano Pacífico, es el llamado Triángulo del Dragón o Mar del Diablo. Como su nombre nos indica, el área se extiende como un triángulo entre Japón y las islas Bonin. El misterio de este triangulo existe desde hace décadas e incluso siglos, según los registros navales japoneses. El área ha estado en las noticias desde hace varias décadas por misteriosas e inexplicables desapariciones de buques y aviones. El Triángulo del Dragón es uno de los 12 vórtices existentes en el mundo. Los vórtices son las zonas donde la fuerza de las ondas electromagnéticas del planeta sonmás fuertes que en cualquier otro lugar. De los otros 11 restantes vórtices, el Triángulo de las Bermudas es el más famoso de todo el mundo, pero posiblemente el Triangulo del Dragón sea el menos conocido y el que más sucesos extraños hayan pasado.
Además de la desaparición de los aviones y barcos, los fenómenos que están relacionados con el Triángulo del Dragón son los barcos fantasmas, lapsus en el tiempo y el mal funcionamiento de
equipos electrónicos.
El origen del mito del Mar del Diablo se encuentra en una fábula china que habla acerca de unos misteriosos dragones que existían debajo de la superficie del mar y que se alimentaban de
los buques y su tripulación. Según los científicos la superficie oceánica está llena de volcanes y estos podrían ser los culpables de la succión de los buques y su tripulación a las profundidades
del océano. Aunque la teoría a día de hoy no tiene ninguna base científica, puesto que son solo especulaciones.
Las investigaciones sobre el Mar del Diablo
Muy posiblemente la investigación más extensa en el Triángulo del Dragón se llevó a cabo por el autor Charles Berlitz. En su libro, “El Triángulo del Dragón” (1989), Berlitz informó que entre los años 1952 a 1954, cinco buques de guerra japoneses se perdieron en el triángulo con el personal, un total de más de 700 personas. También escribe que el gobierno japonés calificó el área de una zona de peligro y luego financió un equipo de 100 científicos para estudiar el Mar del Diablo que también desapareció.
Casos Misteriosos
Se dice que el conquistador Kublai Khan trató de abrirse paso en Japón en el año 1200 pero no pudo hacerlo debido a la pérdida de sus buques y la tripulación, siendo estos 40.000 hombres.
En 1853 una “gran esfera azul” se observó en el cielo según varios testigos. La esfera voló durante un largo tiempo antes de caer en el mar.
En 1881, según los diarios de abordo de un buque de la Marina Real Inglesa, dijeron haber visto el Holandés Errante, rodeado por una luz misteriosa.
En 1937, Amelia Earhart, la celebre aviadora, envió su último SOS en la zona del Triángulo del Dragón, antes de que su brújula e instrumentos dejaran de funcionar, nunca más se supo de ella.
En 1955 el buque de investigación Kaio Maru N º 5 partió para obtener información acerca de los buques y tripulantes desaparecidos, desapareció sin dejar rastro. Y mientras las autoridades japonesas habían declarado zona de peligro marino, tras el incidente sin precedentes de la nave de la investigación, todos los proyectos para obtener información sobre el misterio fueron abortados por completo.
En 1986, los científicos a bordo de un buque de investigación del gobierno informaron que estaban siendo seguidos por un objeto de 30 metros de largo de forma cilíndrica que rápidamente se acercó a su nave antes de desaparecer en el mar. El informe de este incidente fue publicado en la revista Scientific American edición japonesa en 1988.
En enero de 1989, un barco ballenero japonés encontró un pequeño barco de pesca en la zona. No había tripulación a bordo, excepto el cadáver del capitán que estaba “agarrando el timón con fuerza y con cara de pánico”. Según las teorías de los ufólogos al respecto establecen algún tipo de puerta dimensional o algún tipo de base para ovnis.
El Triángulo del diablo podría ser objeto de numerosas teorías y suposiciones. Pero a pesar de las pocas evidencias científicas y el aura mítica que rodea el campo oceánico, su existencia es testimonio de que ciertos poderes van mucho más allá del control y la comprensión de las personas.