Una conocida revista publicará las investigaciones de científicos de la Universidad de Manchester y la Universidad Técnica Nacional de Atenas, donde explican el resurgimiento sobre la posibilidad de vida en ese planeta. Una estructura muy similar a una célula que contuvo agua alguna vez hallada en un pequeño fragmento de meteorito marciano de 1.300 millones de años puede ser un nuevo indicio de que Marte albergó vida en el pasado y AÚN lo hace en el presente.
El meteorito tiene una estructura en forma de huevo (mostrada en esta imagen microscópica) que se asemeja a una célula biológica fosilizada de nuestro propio planeta. Mientras investigaba el meteorito marciano, conocido como Nakhla y que cayó en Egipto en 1911, Elias Chatzitheodoridis descubrió algo inusual incrustado profundamente dentro de la roca. «En muchos aspectos, (la estructura) se parecía a una célula biológica fósil de la Tierra, pero lo intrigante es que, sin ninguna duda, era de Marte.
Nuestra investigación encontró que probablemente no era una célula, pero que alguna vez había contenido agua; agua que se había calentado, probablemente como resultado del impacto de un asteroide», explica Lyon. Según publica la Universidad de Manchester en un comunicado, estos hallazgos son importantes porque se suman a la creciente evidencia de que bajo su superficie, Marte tiene todas las condiciones para que la vida se forme y se desarrolle. También se suma a las evidencias existentes que sugieren que grandes asteroides golpearon el Planeta rojo en el pasado y crearon fuentes hidrotermales de larga duración que pudieron alimentar la vida, incluso en épocas posteriores, si es que la vida llegó a surgir en ellos alguna vez.
En forma de bacterias Como parte de la investigación, la extraña estructura fue fotografiada con un detalle sin precedentes, en alta resolución, que permitió ver las capas atómicas de los materiales dentro del meteorito. Dos lados del meteorito Nakhla. «Hemos sido capaces de demostrar que el escenario para que surja la vida está ahí.
No es demasiado frío, ni demasiado duro. La vida tal como la conocemos, en forma de bacterias, por ejemplo, pudo estar ahí, aunque no la hemos encontrado todavía. Se trata de unir las piezas del rompecabezas de la vida en Marte, que pudo haber existido y que podría existir todavía en alguna forma», dice Lyon.
Ahora, el equipo utiliza estas y otras novedosas técnicas para investigar nuevos materiales secundarios en el meteorito y la búsqueda de posibles firmas biológicas que proporcionen evidencia científica de vida pasada o presente.
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